Cambiamos el mundo a su alrededor para estimular sus sentidos

/ enero 17, 2019/ Proyecto educativo

Sin duda durante el primer año de vida todo es sorpresa y descubrimiento. Los bebés tienen todo por conocer y descubrir, pero además de eso sus sentidos están todavía en pleno desarrollo. En la escuela potenciamos que se centren en cada uno de ellos, y una parte fundamental de esta experimentación es observar que sus reacciones son las esperadas, y que por lo tanto no se observa ninguna dificultad asociada a un posible problema.

Esta imagen es de un circuito sensorial elaborado en Trastes Los Rosales (A Coruña). Las educadoras crearon una pequeña instalación para cambiar el entorno del alumnado. Primero por turnos, para que se familiarizasen progresivamente, y después en grupo, los niños y niñas tuvieron ocasión de entretenerse con los nuevos colores y formas que les rodeaban. Esta experimentación les permite trabajar la discriminación cromática.

Por supuesto esta actividad educativa buscaba que los pequeños también manipulasen las tiras de papel de colores. De esta forma se suma trabajo de coordinación ojo-mano, y de estimulación táctil, pues perciben con sus deditos las particulares estrías del papel pinocho. Las actividades de estimulación táctil son particularmente interesantes para los bebés, dado que este sentido el básico en su relación con el entorno durante los primeros meses de vida.

Mientras que con los restantes sentidos van aumentando de forma progresiva su captación de conocimiento, a medida que aprenden a interpretar las sensaciones que por ellos perciben, el tacto es el primero al que recurren para obtener información, tanto de su propio cuerpo como de los objetos que están a su alrededor.

Por lo tanto, en una actividad educativa como esta los escolares descubren nuevas sensaciones a través de su innata curiosidad y la sorpresa que les producen los colores, la manipulación del papel y su posterior movimiento. Se trata de una actividad disfrutada tanto por los que se mantienen sentados como por aquellos más pequeños que fueron dispuestos de espalda sobre la colchoneta para participar también de la experimentación.