Aprendemos a concentrarnos y a agrupar con puzles de frutas
Los puzles son una magnífica actividad educativa por muchos motivos. Y si encima los hemos creado nosotros mismos, todavía nos gustan más. Esta actividad que os mostramos ha sido realizada con el alumnado de 2 a 3 años en Trastes Poio-Pontevedra. La educadora ha convertido dibujos de frutas coloreados por los escolares en sencillos puzles de cuatro grandes piezas.
La directora del centro, Noemí Castellano, nos ofrece la explicación pedagógica: «Con los puzles trabajan la psicomotricidad fina y conceptos matemáticos básicos muy importantes, como las agrupaciones y la clasificación. Por supuesto la actividad persigue también conocer las distintas frutas y sus característicos colores. Con este juego reforzaron conceptos que habían estado trabajando a lo largo de la semana, pero de una forma más lúdica, mediante un rompecabezas».
Así pues, cuando nuestros niños y niñas hacen un puzle no sólo se divierten, sino que aprenden a observar con atención y a fijarse en formas y colores. Cuando juntan las piezas practican también la coordinación ojo-mano, tan esencial para cualquier actividad de nuestro día a día. Os animamos a que pongáis en práctica esta actividad tan sencilla, para la que sólo es necesario un papel con un dibujo, lápices de colores o ceras, un trozo de cartulina y pegamento. Recortamos… ¡Y a colocar de nuevo!