Esta actividad de experimentación es un auténtico placer para todos los sentidos, puesto que se realiza acompañada de música relajante. La imagen corresponde al aula de bebés de Trastes Santiago, donde los niños y niñas han trabajado el sentido del tacto, dado que se les pone por una parte de la superficie chocolate frío y por otra chocolate caliente, así notan las distintas temperaturas al tiempo que descubren la textura del líquido.
Obviamente también se estimula el sentido del gusto (¿quién se resistiría a probar?) y el olfato, pues los pequeños aprecian el olor característico del chocolate. La vista siempre trabaja, dado que observan la diferencia entre el chocolate blanco y el chocolate con leche y además utilizan la coordinación ojo mano en todo el proceso de manipulación (al tocarlo, esparcirlo por el papel…)
Además de todo esto también se trabaja la atención y la coordinación motora. Los niños experimentan y juegan con chocolate. Para ellos es algo muy divertido, ya que están en contacto con una sustancia que al principio les puede resultar un tanto sorprendente. Las educadoras les ofrecen libertad para experimentar, y los alumnos se convierten en pequeños científicos, que van descubriendo las propiedades de los elementos por ellos mismos.
¿Quién podría esto en práctica en casa? Por actividades como estas, con las que aprenden, se sorprenden y disfrutan, los niños y niñas vienen felices a su escuela Trastes.