Los niños y niñas suelen disfrutar de las actividades que implican correr, de hecho suelen hacerlo de forma espontánea en cuanto tienen la oportunidad de disfrutar de un espacio abierto. No solo hay que dejarles correr y participar en cualquier actividad que suponga hacer un ejercicio físico (saltar, trepar, agacharse, estirarse, lanzar…) sino que es muy importante motivarles a ello. Correr (como actividad física cardiovascular básica) es fundamental para crecer fuertes y sanos, y para sentar las bases de una edad adulta en buena forma física y con menor tendencia al sedentarismo. Numerosos estudios demuestran que la práctica física regular desde la infancia disminuye las posibilidades de ser adultos sedentarios.
Pediatras, especialistas en medicina deportiva y docentes de educación física no se cansan de advertirnos de que biológicamente el ser humano está programado para correr y para hacer esfuerzos físicos. Este ejercicio, sobre todo durante los primeros años de vida, resulta fundamental para nuestro desarrollo físico y psicológico. Sin embargo, los condicionantes de la vida urbana actual no nos lo ponen fácil. Por ello es importante incentivar a nuestros hijos e hijas para que se interesen por la práctica deportiva. En sus primeros años de vida hemos de favorecer las situaciones que les permitan hacer ejercicio físico.
En nuestra red de centros la actividad en el exterior y los juegos en el patio forman parte de nuestra programación diaria, con la intención de proporcionar en cada jornada espacios para que el alumnado pueda correr y disfrutar de ejercicios de psicomotricidad gruesa. La imagen superior corresponde a una salida de Trastes Santiago.
¿Por qué es tan sano correr?
Correr es una actividad física básica muy beneficiosa porque si se hace moderadamente contribuye al fortalecimiento de los huesos. Correr aumenta el apetito, para contrarrestar la energía consumida. El cuerpo atlético está en equilibrio, y de hecho se ha contrastado que los pequeños que están en buena forma física antes de los 5 años tienen muchas menos posibilidades de sufrir sobrepeso en el futuro.
Correr favorece al acondicionamiento muscular, pues mejora el ritmo cardíaco y respiratorio. Aumenta la fuerza muscular y la resistencia. Asimismo, incrementa la agilidad, el equilibrio y la coordinación. La práctica regular de este ejercicio estimula la hormona del crecimiento y mejora el sistema inmunitario.
Beneficios psicológicos de correr
Mientras hacemos ejercicio no sólo aportamos beneficios a nuestro cuerpo, sino también a nuestra mente. Correr contribuye al control de las emociones negativas, tales como iras o rabietas. Siempre ayuda a mejorar el estado de ánimo, tanto en niños como en adultos.
Es muy beneficioso correr para mejorar la concentración. Mientras corremos nos evadimos de otras cuestiones que ocupan nuestra mente, nos relajamos y abrimos paso a nuevas ideas. Por otra parte, es un ejercicio que en los niños pequeños promueve la autoconfianza, y al mismo tiempo la socialización.