Formación sobre música para los equipos docentes de Valladolid

/ mayo 8, 2018/ Formación interna, No te lo pierdas...

Hace unos días nuestras educadoras de Trastes Parquesol Trastes San Cristóbal dedicaron una jornada del fin de semana a una sesión de formación interna, concretamente con el objetivo de seguir mejorando sus conocimientos sobre la educación con música para niños y niñas de entre 0 y 3 años.

Los equipos docentes de ambos centros tuvieron la oportunidad de recordar la importancia de la estimulación a través de la música para favorecer el desarrollo integral de los alumnos, ya desde que son bebés. Por ejemplo, hasta los dos meses los bebés disfrutan de la audición de temas musicales, cortos, sin letra y con la sonoridad de varios instrumentos. Para ellos es maravilloso cuando se combina la audición musical con caricias o movimientos al ritmo de la música. De ahí la tradicional práctica del arrullo, tan placentera para madres, padres y bebés.

Entre los 2 y 4 meses el bebé se sorprende y comienza a estar alerta ante la alternancia entre sonido y silencio. Por ello sonidos como el de las maracas o cascabeles despiertan sus sentidos. A partir de los 4 y hasta aproximadamente los 6 u 8 meses comienzan a interesarse por las canciones que centran la atención en movimientos corporalesCuando se acercan al año se le saca mucho partido a canciones que nos permiten jugar con la psicomotricidad (juegos con aros, pelotas o uso de macropulsos: cuando los sentamos sobre nuetras rodillas y los levantamos con las piernas cuando queremos marcar un ritmo fuerte).

Entre el año y los dos años los pequeños disfrutan con todas las posibilidades que ofrece la danza, así como con las actividades que experimentan con el eco, los ritmos de instrumentos de percusión, y también con la percusión corporal (damos palmas sobre las piernas o tocamos distintas partes del cuerpo al ritmo de la música).

Entre los dos y los tres años, además de todas las actividades anteriores, el incremento de las habilidades psicomotrices del alumnado hace posible incorporar muchas más actividades a la estimulación auditiva. Aprendemos a distinguir los sonidos: graves frente a agudos, largos frente a cortos, y también diferenciamos sus variados timbres. En estas edades comenzamos a introducir los instrumentos de cuerda y de viento, y experimentamos además con grafías no convencionales para trabajar la lectura musical mediante musicogramas.

En la formación impartida los equipos docentes de nuestras escuelas madrileñas han repasado todos estos conceptos, y sobre todo han experimentado de forma práctica numerosos recursos para la realización de actividades en las distintas aulas. El objetivo: contar con nuevas actividades con música en el centro, para que seguir haciendo algo original cada día: todos los días en Trastes son diferentes.