Cajas con sorpresa para conocernos mejor

/ octubre 3, 2018/ Proyecto educativo

En las primeras semanas del curso las aulas de Trastes CEI programan actividades pensadas para que los niños y niñas se conozcan mejor. Forma parte del proceso habitual de adaptación escolar, que no solo es importante para los pequeños que asisten por primera vez a la escuela, sino para todos los escolares que, con el curso, inician nuevas rutinas y se encuentran con caras nuevas en el aula.

Es muy importante establecer la continuidad familia-escuela, la incorporación progresiva de la rutina del centro en el día a día del alumnado. Ello permite que vengan a Trastes felices y desarrollen con agrado las actividades de cada jornada escolar. La continuidad familia-escuela no solo se crea durante los días de adaptación. De hecho, se trata de algo en lo que trabajamos a lo largo de todo el curso, por eso es tan importante para las educadoras conocer lo que han vivido los niños y niñas en sus casas. El intercambio de información entre estos dos entornos es sustancial para que la escuela se convierta realmente en el segundo círculo de confianza del menor, después de su hogar. 

Por eso en las primeras semanas del curso se programan actividades que den pie a los escolares a expresarse en el aula, de forma que tanto las educadoras como sus compañeros los conozcan mejor y se suscite el descubrimiento de afinidades entre ellos. En este proceso es muy útil la colaboración de las familias, cuya colaboración es esencial para conseguir encuentros tan fructíferos como el que muestra esta imagen del aula de 2 a 3 años de Trastes O Carballiño (Ourense).

Se trata de la actividad The box of my life (La caja de mi vida). Con la antelación suficiente se pide a las familias que traigan lo necesario para desarrollar esta experiencia en el aula: una caja en cuyo interior habrá una foto del escolar, junto con uno o dos objetos especiales para él. La actividad consiste en reunir todas las cajas en el aula, e invitar a cada niño a que nos cuente qué hay en su interior.

En una segunda parte de la experiencia, se reunen las fotos y los objetos, con la finalidad de que los niños y niñas los compartan e interactúen entre ellos. Al finalizar la jornada, por supuesto cada escolar se vuelve a llevar a casa sus objetos especiales.

Actividades de este tipo contribuyen a incrementar la autoestima de los pequeños, por cuanto implican expresarse oralmente frente al resto del grupo y además compartir abiertamente sus gustos y preferencias. De forma paralela se trabajan valores como la tolerancia, la aceptación de la diferencia y la capacidad de compartir.