¿Para qué sirve la evaluación en el primer ciclo de Educación Infantil?
Las escuelas infantiles de primer ciclo tienen unos objetivos de evaluación que recientemente han sido modificados por la normativa educativa estatal, y adoptados consecuentemente por las distintas comunidades autónomas. Así, en los tres cursos educativos que abarcan el período 0-3 años, los equipos docentes han de atender en sus programaciones a tres áreas de trabajo que desde el presente curso escolar tienen la siguiente denominación: Crecimiento en armonía, Descubrimiento y exploración del entorno y Comunicación y representación de la realidad.
Bajo estos tres epígrafes la normativa educativa engloba las áreas de desarrollo que deben ser observadas y estimuladas en los tres primeros años de escolarización. Crecimiento en armonía se refiere al desarrollo de su autonomía. En estas edades tan tempranas, el desarrollo de la autonomía está intrínsicamente ligado a su evolución psicomotriz. Por eso numerosos indicadores de desarrollo que se observan en este ámbito se centran en la evolución que manifiesta el niño o niña en el ámbito del movimiento, tono muscular, equilibrio, coordinación y psicomotricidad fina.
El área de Descubrimiento y exploración del entorno se centra en todos los conocimientos relacionados con el mundo que les rodea. Esto incluye desde los primeros conceptos matemáticos (espacio, forma, cantidades) hasta el medio natural, puesto que en este período educativo el alumnado se familiariza con el clima, a través de paso de las estaciones, conoce los animales, las plantas y los alimentos. El entorno no se refiere únicamente al medio físico, sino también al cultural y social. Por ello muchos ítems de desarrollo que se verifican en esta parte de las evaluaciones se refieren a la convivencia, al respeto a las normas y el conocimiento de rutinas de la escuela.
El epígrafe Comunicación y representación de la realidad se centra en el desarrollo del lenguaje, pero también abarca la manifestación de emociones y la expresividad a través de la música y de las actividades plásticas.
La evaluación en Trastes es una labor que se realiza con una metodología sistematizada y minuciosa. Cada miembro del equipo docente cuenta con un Teacher’s Notebook, cuaderno en el que figuran todos los datos de su alumnado, hojas de seguimiento y plantillas para el control de la evolución de los indicadores que han de trabajarse en cada trimestre. A través de la observación diaria de cada escolar, el equipo educativo registra los indicadores que se van consiguiendo con el paso de las semanas. Cuando se aproxima el final del trimestre los resultados se plasman en el documento de evaluación.
Este seguimiento permite comprobar que el alumno o alumna está experimentando un desarrollo adecuado, así como detectar posibles áreas que es conveniente reforzar. Cuando esto sucede, se emite un informe MER (medidas educativas de refuerzo) que se explica a la familia en una reunión de tutoría, con la finalidad de trabajar conjuntamente en la escuela y en el hogar para que el niño o niña refuerce las áreas en las que presenta dificultades.
Si el equipo docente observa un acusado nivel de incumplimiento de indicadores, facilita a la familia un informe para la derivación del alumno o alumna a los servicios de Atención Temprana de la localidad, para que realicen la evaluación correspondiente. La detección precoz de dificultades de desarrollo es esencial para la posterior trayectoria escolar y vital de los niños y niñas.
Por lo tanto, la evaluación en el primer ciclo de la Educación Infantil, lejos de ser una cuestión baladí, tiene la misión trascendental de proporcionar a la familia un seguimiento objetivo sobre el crecimiento de su hijo o hija, mediante la constatación rigurosa de que la evolución psicomotriz, psicosocial y de lenguaje progresan al ritmo esperado en cada trimestre.