Arranca nuestra programación de verano

/ Proyecto educativo

La actividad en Trastes nunca para, y desde luego tampoco nuestra programación educativa. Aunque las actividades lectivas propias del curso 2020-21 han llegado a su fin, el curso académico se prolonga hasta el fin de agosto. Y aunque llegan el verano, el calor y la diversión propia de la estación, los juegos que se programan en el aula nunca están exentos de objetivos educativos.

Todas las actividades que tienen agua como protagonista son los juegos estrella de la época estival. Con ellas los niños y niñas no solo se refrescan, sino que ejercitan la psicomotricidad gruesa. En muchas ocasiones es la psicomotricidad fina el objeto de la actividad con agua, por ejemplo cuando se disponen baldes con agua y el alumnado tiene que pescar pelotas u otros objetos de su interior. Así también trabajan la coordinación ojo-mano.

Pero las actividades veraniegas tienen mucho más recorrido, más allá del agua. Tenemos por delante semanas estupendas para proponer juegos de estimulación sensorial. Los bebés disfrutan enormemente con actividades táctiles, para experimentar con todo el cuerpo sobre el suelo con chocolate líquido, o espaguetis de colores, o pinturas… De paso, realizan un gran ejercicio de psicomotricidad gruesa.

Cuando no tenemos la playa cerca resulta muy divertido traerla al aula. La experimentación con elementos propios de la playa es muy enriquecedora. Aprovechamos las conchas para hablar de sus animales en las sesiones de Green World. Además, su forma, contorno y dureza contrasta con la suavidad de la escurridiza arena. Su manipulación abre las puertas a un amplio abanico de sensaciones táctiles y a ejercitar la pinza y la discriminación mediante el sentido del tacto.

Otra área a la que sacamos mucho partido en verano es la de cocina, muy ligada a nuestras sesiones de Green World. Hablando de los elementos de la naturaleza en muchas ocasiones llegamos a los alimentos que tenemos en el plato. En este camino, hay frutas propias del verano que nos permiten casi estimular todos los sentidos. La piña, el melón, la sandía, las cerezas, la ciruela… Sus variados y vivos colores nos permiten crear preciosos platos.

Cuando los niños y niñas nos ayudan a prepararlos se lo pasan fenomenal, sobre todo cuando les mostramos las divertidas figuras que con ellos podemos crear. Los batidos son otro recurso estupendo para desarrollar una actividad divertida y obtener una merienda perfecta: refrescante y sana. Así, trabajamos un valor esencial: la alimentación saludable.

Autonomía

En las aulas de 1 a 2 y de 2 a 3 años se prestará mucha atención al progreso del trabajo de control de esfínteres, así como a las actividades de autonomía personal. Llevan ya todo el curso practicando cuestiones como abrochar y desabrochar la bata escolar, colgar una prenda o una mochila en un perchero, repartir los baberos antes de la comida, identificar su nombre y el de sus compañeros, formar una fila, lavarse adecuadamente las manos y los dientes… Además de abordar todos los contenidos correspondientes al currículo de su curso escolar, el equipo educativo se asegurará de que, cuando llegue el momento, el paso al segundo ciclo de Educación Infantil sea armonioso y sencillo.

Estos son algunos ejemplos de lo que sucede en nuestras aulas y en nuestros patios durante el verano. Por supuesto, en este período prosiguen los juegos matemáticos, las instalaciones para la libre experimentación, las actividades de iniciación a la lectura, el masaje de bebés, los juegos musicales… En cualquier caso, todas las actividades programadas para la jornada responden a unos objetivos educativos determinados por la educadora. En Trastes cada día es diferente y cada juego un aprendizaje.