Desarrollo de la coordinación óculo-manual con pintura y film

/ febrero 12, 2018/ Proyecto educativo

En estos artículos hemos hablado en distintas ocasiones sobre la coordinación óculo-manual, o coordinación ojo-mano. La utilizamos a diario en una infinidad de tareas, como al coger o apartar cualquier objeto, pulsar una tecla, señalar, escribir… Se trata de una habilidad íntimamente relacionada con la psicomotricidad fina (la que nos permite utilizar con precisión las manos y los dedos para realizar pequeños movimientos). Para los niños y niñas pequeños resulta primordial ejercitar la coordinación ojo-mano, y hay numerosas actividades que tienen por objeto ponerla en práctica, como por ejemplo hacer pulseras con macarrones, enhebrar cuentas en un cordón, apìlar cubos o fichas, pegar gomets…

Una actividad que trabaja la coordinación ojo-mano es la pintura con pinceles. Las actividades con pintura siempre son muy agradecidas por los pequeños, pues estimulan su creatividad e imaginación. Descubrir mezclas de colores que ellos mismos están creando sobre una superficie les resulta muy atractivo. ¿A quién no le resulta placentero pintar con pincel o brocha? ¿Qué haríamos si tuviésemos una gran superficie para hacerlo, y no nos tuviésemos que preocupar de limpiar?

En Trastes Paracuellos de Jarama han dado estos días una vuelta de tuerca más a esta actividad, y la han planteado con una variante que permite descubrir nuevos efectos: brillos, transparencias y superposiciones en la pintura, observando incluso las propias caras de los compañeros transfiguradas por los colores y la distorsión. Para ello se han dispuesto unas mesas sobre otras, con las patas hacia arriba, que sirven de soporte al film. El film se convierte en un lienzo transparente con una textura singular, sobre la que resbala la pintura, al tiempo que nos deja ver el trabajo del compañero de enfrente y sus reacciones. ¡Cuánto nos hemos divertido!