En el primer ciclo de la Educación Infantil los niños y niñas están ávidos por conocer y aprender cosas nuevas. Esta curiosidad innata permite convertir en juego un sinfín de actividades que les conducen a interiorizar nuevos conocimientos. A estas edades los escolares no solo desarrollan el lenguaje y capacidades psicomotrices, sino que también se acercan al mundo de las matemáticas con conceptos esenciales que sientan las bases de esta ciencia.
El trabajo matemático en la primera infancia está en directa relación con su habilidad posterior en esta materia. Ya desde bebés, los niños y niñas se familiarizan con el concepto de cantidad. Por ejemplo, aprenden a diferenciar cantidades iguales y diferentes. Progresivamente van interiorizando el concepto de número. Trabajando con el espacio, interpretan distintas formas geométricas, observan diferentes distancias y aprenden a trabajar con conjuntos. De hecho, asimilan las nociones de sumar y restar, así como la de repartir.
Esta fotografía muestra una actividad matemática de Trastes O Carballiño (Ourense). En esta escuela la educadora del aula de 2 a 3 años ha propuesto al alumnado un juego a modo de puzle, con una sencilla plantilla y figuras geométricas de fieltro de distintos colores. Los pequeños deben identificar la figura con la silueta que se corresponde.
Con esta tarea no solamente aprenden distintas figuras geométricas, sino que ponen en práctica otras habilidades, como la discriminación visual, la coordinación ojo-mano y la psicomotricidad fina. Asimismo, explicamos los nombres de las figuras y de los colores también en inglés.
Por otra parte, esta actividad en concreto se trata de una tarea individual, en la que han de estar sentados y tranquilos. En nuestra programación diaria se alternan actividades dinámicas con otras más estáticas, que llaman a la relajación y a la introspección. Por norma general, a estas edades los niños disfrutan mucho con juegos de movimiento, que les permiten correr, saltar, reír, chillar y expresarse con mucha intensidad. Pero es muy beneficioso para ellos aceptar también con agrado otras divertidas propuestas que les ayudan a serenarse, promueven su concentración y les entretienen de forma tranquila, como por ejemplo los puzles o juegos de construcción.
Este tipo de actividades educativas requieren de los escolares estar sentados y en orden, dejar trabajar al compañero y atender a su propia tarea. Por supuesto pueden hablar y colaborar, pero siempre con educación y de forma constructiva, sin entorpecer el trabajo del otro. La adquisición de estas normas de conducta es muy importante de cara al segundo ciclo de educación infantil.