Materiales propios, a la medida de sus necesidades

/ octubre 10, 2019/ Proyecto educativo

Con cada nuevo curso comienzan nuevos retos educativos, y estos van cambiando a lo largo de los meses en función de la evolución de cada alumno y de las nuevas incorporaciones que se suman en cada aula. Las educadoras son los agentes esenciales del trabajo de la escuela, por cuanto comparten un proyecto abierto, con objetivos claros para cada curso escolar y por edades, pero con libertad para trabajar de la forma que consideren más adecuada. La única premisa es sorprender al alumnado en cada jornada, pues de su curiosidad partirá su interés, su diversión y, en última instancia, su progresivo aprendizaje.

Por ello un elemento fundamental de la programación educativa semanal es la preparación de nuevos materiales didácticos. Para los niños y niñas han de constituir un elemento de juego, sin embargo de su manipulación y observación extraerán nuevas habilidades y experimentaciones, correspondientes a los distintos ámbitos de su desarrollo.

Las posibilidades son inmensas y los materiales se suceden y renuevan cada curso en las aulas de Trastes, para seguir ofreciendo a los escolares tareas que fomenten su desarrollo cognitivo, psicomotor, lingüístico y socioafectivo. Esta labor preparativa de las programaciones de aula requiere mucho tiempo y dedicación, pues supone investigar, imaginar, planificar, crear, montar… Se trata de una parte de la labor educativa importantísima, cuyo laborioso desarrollo no se suele percibir desde el exterior.

En la imagen superior podemos observar un material recientemente incorporado en Trastes Santiago. El equipo docente ha creado una caja de letras, donde letras mayúsculas con diferentes tipografías y distintos colores de fondo se presentan ordenadas al alumnado en sus correspondientes cajoncitos.

Esta particular caja, que se complementa con dibujos de animales, ofrece al escolar la oportunidad de componer el nombre del animal eligiendo las letras correctas, asistido por la educadora. Durante el proceso los niños y niñas se familiarizan con las distintas grafías y los sonidos que representan. Se trata, pues, de un juego muy útil para trabajar la iniciación a la lectoescritura.