La relación del pequeño con su educadora es fundamental para el aprovechamiento del proyecto educativo, pues debe sentirse en el aula querido y seguro, en su segundo círculo de confianza. La educadora es su primer referente escolar. Asiste al pequeño en sus necesidades básicas (aseo, alimentación y descanso), pero además le divierte, lo mima y, mientras hace todos los mencionados procesos, le enseña.
Los niños y niñas pasan un considerable tiempo del día con sus educadoras, y por lo tanto establecen con ellas lazos de complicidad y afecto. Por eso en nuestras escuelas infantiles contamos con equipos docentes con gran vocación, que en cada ceremonia de “graduación” de fin de ciclo despiden con cierta tristeza al alumnado que han visto crecer y evolucionar muchísimo desde los 0 a 3 años.
Sin duda la familia es fundamental en este proceso de confianza que buscamos crear entre la educadora y el alumno, puesto que la continuidad familia-escuela es básica para que el escolar esté en el aula como en su segunda casa. Por eso el equipo recuerda siempre a los papás responder al informe diario del alumno que reciben a través del móvil. Este informe cuenta con un apartado de respuesta que debe cubrirse antes de llevar al escolar al centro, para que la educadora pueda saber cualquier incidencia que se haya producido en el hogar: si no ha dormido bien esa noche, si ha empezado a tener tos, si han recibido una visita familiar, si ha habido en casa un acontecimiento inesperado que ha cambiado la rutina, etc.
En la imagen que acompaña estas líneas vemos un momento de juego en el aula de bebés de Trastes A Grela (A Coruña).